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Gestión del directivo y calidad educativa en las escuelas estadales (Venezuela) (página 2)




Enviado por magaly castillo



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La comunicación consiste fundamentalmente en mantener culturas y valores corporativos que conduzcan a un alto desempeño, por esto es fundamental para la vida de las organizaciones escolares, pues a través de ellas proyecta su imagen a la comunidad. En ese sentido, Vadillo (2008) señala:

La comunicación es un factor básico y dinámico para cualquier organización y, si se sabe utilizar, la solución a una gran parte de sus problemas. Una buena comunicación facilita la transmisión de aspectos generales de la organización (misión, valores y normas), la coordinación de las actividades entre los departamentos, la toma de decisiones, dar instrucciones, recibir sugerencias, favorecer la participación e integración del personal, etc. Aspectos que están directamente relacionados con la mejora de la eficacia, seguridad y satisfacción personal. (p.148)

Puede decirse entonces que la comunicación es esencial para un buen directivo, la cual debe realizarse de manera pluridireccional, estableciendo un marco con el cual tiene lugar un proceso efectivo de envío y recepción de información en un acto donde se posibilita el intercambio de opiniones, sentimientos, creencias.

En ese marco de ideas, Chiavenato (2009:87) afirma "la comunicación es la manera de relacionarse con otras personas a través de datos, pensamientos y valores, une a las personas para compartir sentimientos y emociones". Se infiere entonces que ésta implica un proceso continuo con un conjunto de actuaciones mediante las cuales los individuos están en contacto, transmitiéndose información.

Asociado a lo anterior, Davis et al (2009:82) definen la comunicación como "una transferencia de información y comprensión entre dos o más personas considerándola como un puente entre los hombres permitiéndoles compartir los sentimientos y conocimientos adquiridos". Por lo antes expuesto, se considera una habilidad que puede llevar al éxito al directivo, pues sus actividades implican compartir información con otros miembros de la institución escolar, por tanto, debe aplicar el sistema más adecuado, el cual pueda brindar un mensaje en forma más efectiva.

En esa línea de pensamiento, Campbell et al (2009:48) plantean el proceso de comunicación como "el intercambio verbal, escrito, visual para transmitir criterios, informaciones, pensamientos, aspiraciones que pueden influir en el comportamiento de los individuos en los grupos formales e informales".

De acuerdo con la definición anterior, la comunicación es un proceso donde intervienen diversos elementos, contribuyendo a la realización de las funciones directivas, por cuanto se transmite de diversas maneras, propiciando un mayor desempeño en el personal de las instituciones educativas. Otros autores como Brown (2008) definen la comunicación como:

El proceso por el cual se transmite o difunde un mensaje cuyos elementos intervinientes son: el emisor, persona que desea transmitir cierta información; el receptor, a quien se dirige la información; el mensaje, conjunto de ideas que se desean transmitir; el código, sistema de signos o señales que conocen bien el emisor y el receptor, y que es eficiente para transmitir ideas; el canal, medio físico que sirve de vehículo para llevar la información. (p.10)

Por lo antes mencionado, se infiere que la comunicación en una organización escolar comprende múltiples interacciones donde se abarcan desde las conversaciones telefónicas informales hasta los sistemas de información más complicados, brindando información importante para el buen desarrollo de los procesos.

En ese marco de ideas, autores como Daft (2009:539) consideran la comunicación como "el proceso específico a través del cual se desplaza e intercambia la información entre las personas de una organización, algunas comunicaciones fluyen en la estructura formal e informal, otras descienden o ascienden a través de la jerarquía". Visto de esa forma, es fundamental para el proceso de toma de decisiones, alcanzar las metas propuestas por la institución, generar un mejor desempeño del personal docente, a través de la transmisión de información objetiva, los sentimientos u opiniones de los interlocutores.

Liderazgo

Según Stoner et al (2008:524) el gerente debe ser un líder que "a través de su energía y visión personal, inspira a sus seguidores y tiene un impacto importante en sus organizaciones". De igual forma, Gómez et al (2010:36) definen el liderazgo como un "estilo de gerenciar según el cual el líder mueve a las personas respondiendo a sus necesidades sentidas, e incluso, las despiertan o modifican".

En otras palabras, el liderazgo se considera como la habilidad de persuadir a otros para buscar con entusiasmo objetivos definidos. Por tanto, se puede afirmar que su contexto no sólo se define en una organización, sino abarca diversas facetas de índole social donde alguien en su actividad concreta puede influir sobre el comportamiento de otro individuo o grupo.

Asimismo, Mendoza (2005:72), plantea que el liderazgo es el factor esencial para ayudar a los individuos o grupos a identificar sus objetivos, motivándolos y auxiliándolos en su desempeño de la organización. Es decir, es un proceso de influencia asumido por una persona quien lo asume para generar conductas posibles de ser asimiladas, puestas en práctica para lograr las metas institucionales.

Por tanto, para que el gerente educativo le dé buen uso a los recursos de los cuales dispone, debe poseer las habilidades necesarias, tener una fuerte motivación al logro, formación profesional, además de experiencia docente permitiéndole así dirigir al centro educativo con mayor propiedad. Visto de esa forma, el liderazgo direcciona el trabajo del equipo, por cuanto evita el derroche de energía al propiciar la unión de los esfuerzos de todo el personal, enfatizando la ejecución de acciones conducentes al logro de objetivos de alcance factible. Por tanto, es el factor crucial que ayuda a los individuos o grupos a identificar sus objetivos, motivándolos, auxiliándolos para alcanzar las metas, tanto individuales como institucionales.

En ese sentido, el Programa Actualización de los Maestros de Escuela (AME, 2012: s/p), señala que el papel del liderazgo en los centros de excelencia global, juega un rol central, desplegándose la responsabilidad del director y del equipo directivo:

– Estimulando la participación y compromiso del activo más importante del plantel, el capital humano. Promoviendo el liderazgo en todos los niveles del centro educativo, así como el desarrollo de sus habilidades y conocimientos.

– Planificando, ejecutando las estrategias de mejoramiento de la calidad. Sobre ellos recae la tarea de desplegar las mejores prácticas, identificar las fases y procesos que deben fortalecerse, gerenciar las iniciativas y proyectos de mejora, además de propiciar la innovación en el contexto de la visión del plantel.

– Formulando los valores, propósitos que animan al centro y, conjuntamente con la comunidad, los docentes y alumnos, construir una visión común. Los centros de excelencia desarrollan actitudes positivas hacia la excelencia, igualdad, transparencia, inclusión, equidad, diversidad, por supuesto, calidad.

– Proporcionando un clima y unas condiciones de trabajo donde todos puedan participar, así como desarrollar iniciativas, tanto en el salón de clase como en el centro de manera global.

– El equipo directivo toma decisiones basadas en datos y no en creencias. El dato es el que le permite evaluar la situación actual, el rendimiento estudiantil, así como los logros alcanzados con la mejora de los procesos.

Asimismo, Fe y Alegría (2010:32), plantea un liderazgo que contemple, entre otras las siguientes características:

– Colegiado; es decir que trabaje en equipo, concebido como una capacidad organizacional.

– Distribuido, que se ejerza con capacidad de servicio, considerado por Murrillo (2006), como más que una simple remodelación de tareas, significa un cambio en la cultura, que entraña el compromiso y la implicación de todos los miembros de la comunidad escolar en la marcha, el funcionamiento y la gestión de la escuela, aprovechando las habilidades de los otros en una causa común, de manera de manifestarse en todos los niveles.

Además, acota la investigadora, este modelo de liderazgo se caracteriza por exigir una organización y constitución de espacios permanentes de comunicación e información. Todo lo que va sucediendo en el centro educativo es conocido por todos los miembros de la comunidad educativa.

– Organizador de espacios de participación que permitan a todos los miembros de la comunidad educativa hacerse partícipes de diferentes acciones que se desarrollen en el centro educativo, conformando para ello equipos mixtos con la participación de docentes, estudiantes, familia y comunidad.

– Participativo, que dé la oportunidad a los equipos organizados en el plantel de tomar decisiones e intervenir en la vida del centro educativo, desde la argumentación y la proposición de soluciones, acciones hasta la reflexión y evaluación.

Se puede inferir que el gestor educativo, debe poseer características de cada modelo de liderazgo, para dirigir su institución en concordancia con la situación presentada, pues no siempre las problemáticas se pueden abordar desde un solo punto de vista, por el contrario, es indispensable, su resolución de forma ecléctica, es decir, tomando diferentes estilos.

Motivación

Según Robbins (2008:28) la motivación es "la disposición para desarrollar altos niveles de esfuerzos a fin de lograr las metas organizacionales, condicionando la habilidad del esfuerzo para satisfacer algunas necesidades individuales". Esto indica que cuando el gerente educativo está motivado, se esfuerza más y es consistente con las metas institucionales, por tanto, está en proceso de satisfacer tanto las necesidades individuales como las metas de la organización.

Por consiguiente, el directivo considerando su motivación personal debe ayudar a los docentes a participar mediante una retroalimentación constructiva, trabajando regularmente con un desempeño acorde a los requerimientos institucionales. La automotivación entonces, consiste en dirigir las emociones para conseguir un objetivo esencial para mantenerse en una búsqueda permanente, así como la mente creativa con el objeto de encontrar soluciones.

Apoyando lo antes señalado, Madrigal (2009:172) plantea que la automotivación es la "habilidad de permanecer en un estado de continua búsqueda y persistencia en la consecución de los objetivos, haciendo frente a los problemas y encontrando soluciones", es decir, se manifiesta en aquellos directivos quienes muestran gran entusiasmo por su trabajo, así como por el logro de las metas sin considerar la simple recompensa económica, con un alto grado de iniciativa, compromiso, además, una gran capacidad para alcanzar sus objetivos.

En relación con lo antes señalado, puede decirse que los directivos con un grado adecuado de autorregulación muestran una imagen más humana, con mayor calidad, facilitando la toma de decisiones para manejar adecuadamente los conflictos en la escuela, así como al personal docente. Al respecto, Prieto et al (2008:350) definen la motivación como "la capacidad para auto-inducirse emociones y estados de ánimo positivos, como la confianza, el entusiasmo, optimismo, para sentir las necesidades de otros, unida a la apertura para servir y cubrir las inquietudes de quienes le rodean".

En concordancia con lo antes expuesto, la motivación puede ser personal u orientada hacia los demás, pero siempre con un propósito definido, es decir, el logro de una meta. En ese sentido, hace referencia a las estrategias o mecanismos que se ponen en acción para promover la actuación de los sujetos a quienes afecta en una dirección determinada, o para causar la inhibición de un comportamiento.

Por esa razón, el directivo que posee una elevada motivación siente adhesión a sus funciones, estimulando así al personal docente, entendiendo como tal aquella basada en la estimación de los logros, por lo cual se manifiesta a través de los comentarios afectivos hacia el desempeño de los maestros. En otras palabras, señala la investigadora, se refiere a las tendencias emocionales facilitadoras del cumplimiento de las metas establecimientos. A ella pertenecen:

– Impulso de logro, se apoya en el esfuerzo por mejorar o alcanzar un estándar de excelencia laboral.

– Compromiso, indica la obligación contraída o la palabra empeñada.

– Iniciativa, constituye la idea que sirve para iniciar una acción, es decir, capacidad de emprender e inventar.

– Optimismo, consiste en la propensión a ver y juzgar las cosas en el aspecto más favorable.

Funciones gerenciales

La función del gestor educativo consiste, según Ariza (2008: 28), en gerenciar el sistema representado por la escuela a su cargo o la red escolar que coordina, a fin de satisfacer la demanda de los diferentes actores internos o vinculados a la institución, para contribuir a cubrir la demanda cuali-cuantitativa de educación. En este sentido, el autor sostiene "todo directivo al gerenciar la escuela aplica, de manera continua, en conjunto con los demás actores, el ciclo planificar-ejecutar-revisar-actuar."

La aplicación de este ciclo es el proceso directivo de la institución, a través del cual se planifica, organiza, dirige, controla y da seguimiento a la gestión escolar, optimizando la utilización de los recursos disponibles. Al respecto, Chiavenato (2009:100) refiere que la dirección en las organizaciones implica la administración eficiente de los recursos a través de los procesos operativos o administrativos mediante la cual se invierte para obtener un retorno en corto plazo, poniéndolos en práctica para obtener el éxito de la planificación realizada.

Ahora bien, según el Ministerio del Poder Popular para la Educación (2005: s/p) el director como gerente de una organización educativa, es la persona idónea para velar por el bienestar de su plantel y hacer que se cumplan los objetivos previstos. En este sentido, las instituciones escolares ameritan personal capacitado para cumplir con cada una de las funciones directivas, estableciendo pautas para optimizar el servicio educativo que en ellas se ofrece.

Por ello, dirigir el personal docente de una institución para conseguir su óptimo desempeño pedagógico requiere la orientación del gerente quien debe ser una persona con capacidades, conocimientos, habilidades para orientarlo, logrando la excelencia educativa. Desde esta perspectiva, la gerencia educativa debe procurar que los conocimientos, capacidades, habilidades de los docentes se desempeñen de manera óptima en el cumplimiento de sus funciones.

Planificación

La planificación es esencial para que las organizaciones logren óptimos niveles de rendimiento, estando directamente relacionada con ella, la capacidad de una institución para adaptarse al cambio. Tal y como lo expresa Chiavenato (2009:100) "la planificación incluye elegir y fijar las misiones de la organización". Después, determinar las políticas, proyectos, programas, procedimientos, métodos, presupuestos, normas con estrategias necesarias para alcanzarlos, incluyendo además, la toma de decisiones al tener que escoger entre diversos cursos de acción futuros.

Dicho esto, puede inferirse que la planificación tiene una importancia decisiva en las organizaciones escolares por cuanto sin planes los directivos no pueden saber cómo organizar su personal ni sus recursos debidamente. Quizás incluso, ni siquiera tengan una idea clara de qué deben establecer, sin un plan no pueden dirigir con confianza ni esperar que los demás le sigan. En este sentido, la planificación es fundamental:

1. Permite que la escuela esté orientada al futuro.

2. Facilita la coordinación de acciones.

3. Resalta los objetivos organizacionales.

4. Se determina anticipadamente qué recursos se van a necesitar para y así el centro educativo opere eficientemente.

5. Permite diseñar métodos y procedimientos de operación.

6. Evita operaciones inútiles y se logran mejores sistemas de trabajo.

7. La planeación es la etapa básica del proceso administrativo: precede a la organización, dirección y control, y es su fundamento.

8. Establece un sistema racional para la toma de decisiones.

9. Facilita el control al permitir la eficiencia de la institución.

Desde esta perspectiva, queda claro que el directivo debe poseer una gran visión planificadora, su misión se centra en la formación del recurso humano desde la visión integral y global de la educación como función socializadora, teniendo presente las opiniones emitidas por el colectivo escolar como elemento esencial de su gestión.

Ahora bien, para Robbins et al (2008:78) la planificación es la función gerencial que "define objetivos y decide, tanto los recursos como las tareas necesarias para alcanzarlos adecuadamente". Esta función, en las instituciones educativas, significa mirar hacia adelante, ver el futuro para decidir las acciones a realizar, elaborar nuevos planes, así como ayudar a los docentes a realizar las actividades necesarias para enfrentar los retos permanentes de la educación

Respecto a lo anterior, según Gibson y otros (2009:17) señalan que la función de planificación incluye "definir los fines propuestos y determinar los medios apropiados para lograrlos". De allí que la planeación se considere como proceso formal en el cual se fijan metas específicas, estableciendo planes detallados para alcanzarlas.

De lo anterior se deduce que el primer paso de la planificación son los objetivos, los cuales se establecen para cada una de las subunidades de la institución, tales como departamentos o coordinaciones, cuyo logro se cumple mediante la definición de programas en donde se considera la viabilidad y la aceptación de los docentes.

Organización

Otra de las funciones gerenciales es la organización, según Koontz et al (2009:21) se define como "la parte de la administración que implica el establecimiento de una estructura intencional de papeles a desempeñar por la gente dentro de la misma". Es intencional, en el sentido de garantizar que todas las actividades necesarias para lograr los objetivos sean asignadas a las personas más capaces para llevarlas a cabo.

Al respecto, se concibe que en toda institución deben estar bien definidos los principios de la organización los cuales Chiavenato (2009) describe de la siguiente manera:

– Unidad de mando; un subordinado sólo deberá recibir órdenes de un solo jefe, cuando no se respeta este principio, generan fugas de responsabilidad, se da la confusión produciéndose una serie de conflictos entre las personas.

– Especialización; consiste en agrupar las actividades de acuerdo a su naturaleza, de tal forma que se pueda crear la especialización en la ejecución de las mismas.

– Paridad de autoridad y responsabilidad; la primera se delega y la segunda se comparte, por ello debe mantenerse un equilibrio entre la autoridad y la responsabilidad.

-Equilibrio de dirección–control; consiste en diseñar una estructura, de tal forma, que permita coordinar las acciones y, al mismo tiempo evaluar los resultados de la misma.

-Definición de puestos; en las escuelas se debe definir con claridad el contenido de las funciones en relación a los objetivos de los mismos.

En este orden de ideas, Gotera (2008:14), define la organización como "la asignación de actividades a los integrantes de la unidad y la delegación de la autoridad y responsabilidad necesarias para llevar a cabo dichas actividades". Al respecto, el autor señala que esta función contribuye a crear el orden necesario en el desarrollo de actividades, comprendiendo los siguientes pasos:

1. Evaluar tanto la tarea como los recursos que tenemos

2. Proponer las actividades para lograr los objetivos

3. Delegar la autoridad y responsabilidad necesarias para el desarrollo de las actividades.

En cualquier institución, es muy importante que el gerente sea habilidoso para estudiar el puesto que le compete a cada trabajador, evaluar el desempeño y delegar la responsabilidad y autoridad al personal que tiene a su cargo para lograr de una manera más eficiente y efectiva los objetivos de la misma.

Dirección

Según Chiavenato (2009:69) es "la capacidad de influir en las personas para que contribuyan a las metas de la organización y del grupo. Implica mandar, influir y motivar a los empleados para que realicen tareas esenciales". Para la investigadora, las relaciones y el tiempo son fundamentales para la tarea de dirección, los gerentes de cualquier organización debe mantener buenas relaciones con sus empleados, al mismo tiempo ir tratando de convencerlos a participar para lograr objetivos trazados en la planificación. Los directivos, al establecer el ambiente adecuado, ayudan a sus docentes a hacer su mejor esfuerzo. Esta función incluye motivación, enfoque de liderazgo, equipos, trabajo en equipo, comunicación.

En este orden de ideas, según Gotera (2008:65) "consiste en influir y ayudar a los supervisados a realizar su trabajo en medio de una relación de interacción personal". Según este autor, la función de dirección se desarrolla casi exclusivamente a través de la comunicación. Gran parte del proceso ocurre en un contexto interpersonal.

En este sentido, es importante resaltar que la función de dirección es, entre otras, dar instrucciones y asegurarse de su cumplimiento. Es una función orientadora, de estímulo al docente. Otro de los aspectos involucrados en ella, viene dado por el clima de confianza predominante en la institución, el cual influye en el estilo adoptado por cada directivo, es decir, consiste en influir, ayudar a los educadores a realizar su trabajo en medio de una relación de interacción personal.

Para Koontz et al (2009:321) la dirección es la función por excelencia de la administración, que permite al gerente promover la comprensión y contribución del personal efectiva, eficientemente con el logro de los objetivos institucionales. Por ello, el directivo de una escuela es el responsable de lograr el cumplimiento de las actividades planificadas en el lapso previsto.

Asociado a este concepto, Martínez (2005:42) señala "la dirección consiste en motivar a los subalternos para que desempeñen una actividad y así lograr los objetivos de la organización, mediante el liderazgo y la toma de decisiones comunes". Asimismo, Soto (2008:106) plantea "la acción de la dirección es un proceso llevado a cabo para imprimir orden, hacer crecer la institución como sistema, asociándose con la planificación, la organización", concibiéndola como la función encargada de operativizar el plan, utilizando los recursos previstos, para lograr los objetivos establecidos.

Pero, para realizarlo la dirección debe mantener dos tipos de relaciones: delegación del trabajo, relación con la autoridad.

– Delegación del trabajo; según Rincón y Núñez (2008:87) generalmente, ningún directivo escolar puede llevar a cabo todo el trabajo del cual es responsable, valiéndose de sus esfuerzos personales, por tanto, debe delegar en otros parte de su trabajo. Así, él sigue teniendo la responsabilidad expresa de velar para que el trabajo se realice de modo satisfactorio pero el docente tiene la autoridad necesaria para realizar el trabajo asignado.

– Relación con la autoridad; en virtud de su posición, el director tiene autoridad para exigir que los docentes sigan sus indicaciones, sin embargo, este no requiere recurrir a ella para su cumplimiento, aun cuando su uso en algunas oportunidades es adecuado. En ese sentido, Koontz et al (2009) explican la dirección:

Consiste en influir en los seres humanos para que contribuyan a la obtención de las metas de la organización y del grupo: se refiere predominantemente a los aspectos interpersonales de la administración, todos los gerentes están de acuerdo en que sus problemas más importantes surgen de los seres humanos (sus deseos y actitudes, su conducta como individuos y en grupos) y que los gerentes eficaces también necesitan ser buenos líderes. (p.19)

Por lo anterior se asevera que la dirección implica un aspecto interpersonal, pues los gerentes educativos, mediante una orientación personalizada oportuna, propician el trabajo del colectivo. Dentro de ese contexto, explica la investigadora, el director de las escuelas primarias estadales, debe ejecutar las siguientes acciones:

1. Manejar e interpretar el Diseño Curricular Bolivariano en lo filosófico, metodológico y organizativo.

2. Impulsa la unidad del grupo, la cual debe estar fundamentada en la solidaridad y conciencia colectiva de sus miembros.

3. Fomenta los principios para la creación de la conciencia al servicio de la comunidad, tomando en cuenta a niños (as), jóvenes, adolescentes y adultos.

4. Orienta la elaboración del diagnóstico institucional con carácter de obligatoriedad, como punto de partida de la actividad escolar.

5. Coordina las visitas de acompañamiento pedagógico al aula, conjuntamente con el equipo que lo acompaña.

6. Garantiza el cumplimiento de la planificación docente de acuerdo con las orientaciones para la realización de las mismas.

Control

En opinión de Rincón y Núñez (2008:92), el control es una función administrativa mediante la cual el producto de una actividad se compara con los estándares establecidos. Como proceso se permite al gerente educativo evaluar, corregir el desempeño de las acciones del personal para asegurarse que los planes de la institución se estén llevando en la forma prevista.

En las instituciones educativas, señalan las autoras antes mencionadas, es imprescindible controlar las siguientes áreas: propósito, estructura, relaciones, recompensa-castigo. Dentro de la primera se debe controlar hasta qué punto las personas entienden su cumplimiento y las metas, así como cuánto colaboran en el logro de los objetivos.

– Dentro de la estructura, se debe controlar si realmente se hace o no el trabajo programado, el horario de trabajo, la asistencia del personal, los retardos.

– Dentro de las relaciones, se controlan los conflictos grupales y se verifican las comunicaciones horizontales, verticales, formales e informales. En las recompensas, se verifica si se están reconociendo los esfuerzos individuales, de grupo, cuáles conductas deben recompensarse, cuáles sancionar.

El control, según Mosher et al (2008:189) tiene cuatro pasos esenciales: expectativa, rendimiento, comparación y corrección, los cuales suelen dividirse en tres etapas:

Evaluación del desempeño; esta etapa se cumple en el momento de la planificación pues para evaluar el rendimiento, el gerente educativo requiere contar con una referencia o pauta, de modo que sea posible plantear una comparación significativa entre lo efectuado y lo esperado. Estas son llamadas estándares, las cuales sirven de modelo de comparación, siendo esenciales en: a) planeamiento de horario, b) logro de un equilibrio adecuado entre los recursos disponibles, c) determinación de los requisitos.

– Comparar las medidas de desempeño real con las normas; consiste en comprar los resultados del trabajo realizado con las normas establecidas seleccionando puntos de interés especiales y controlados para asegurar que la operación total esté procediendo como estaba planificada.

– Corregir las desviaciones; para ello, el gerente educativo puede elegir entre estas dos alternativas: diseñar nuevos planes de acción o modificar sus metas. La primera se toma cuando la (s) meta (s) de una desviación determinada es factible de corregir, la segunda, es apropiada cuando la meta es inalcanzable o superable fácilmente.

De lo antes presentado se deduce que, en cualquier contexto, una buena gestión depende de la forma como se lleve a cabo el proceso gerencial, pues este garantiza la realización de las propuestas, por lo tanto, al frente de una institución escolar debe existir una persona o grupo de personas capaces no sólo de coordinar el trabajo sino de mejorar el rendimiento de cada uno de ellos, por lo cual es indispensable poseer conocimientos acerca del ejercicio de la gerencia educativa.

Calidad educativa

La educación es un proceso que permite el desarrollo de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores en la formación del hombre, permitiendo una constante circulación de conocimientos, así como almacenamiento de información. Por este motivo, debe transmitir, masiva, eficazmente un volumen cada vez mayor de conocimientos teóricos, técnicos evolutivos, adaptados a la civilización cognitiva. En tales circunstancias, Loria (2009) señala:

Las instituciones dedicadas a la educación, reflexionan y toman estas definiciones de calidad para resaltar la necesidad de avanzar en el afianzamiento de la educación en todos los niveles y mejorar la calidad de vida. Como parte de esta búsqueda de la calidad se debe considerar a la evaluación del aprendizaje como un elemento importante. La educación debe ser considerada como un componente fundamental que lleve al país a un cambio profundo, y como el medio principal para la generación de empleos: además de una participación más equitativa de la economía, el federalismo y apoyo al desarrollo regional (p.31)

Lo antes expuesto significa que educar es enseñar no sólo conocimientos, es colocarse frente a frente con la tarea de definir el futuro de una sociedad, pues implica proyectar el carácter y la calidad de los ciudadanos encargados de dirigirla en el futuro, configurándolos según la realidad donde se desenvuelve. Asimismo, Uriguen (2009) expresa:

La calidad es un valor que se ejerce con una mente bien formada, esto es una mente abierta y responsablemente libre. La calidad a través de la educación es la manifestación de la tarea noble del bien saber, bien ser, bien hacer y bien tener. Por lo tanto, la coherencia de vida, armonía y consistencia entre el pensar, decir y actuar. (p.36)

De acuerdo con lo antes mencionado, la calidad es dinámica, determinándose que debe estar en continuo cambio, conjuntamente con los miembros que forman parte de las instituciones educativas: estudiantes, docentes, directivos y, por ende, los padres de familia, dentro de su accionar en la educación de sus hijos.

Por tanto, al aplicar el concepto de calidad es necesario orientarse a un conjunto de acciones a seguir, tales como: planes de mejora, acreditación, certificación para llegar y mantener niveles óptimos en áreas específicas de la institución donde interactúan estudiantes, docentes, directivos, aprovechando su infraestructura.

Desde esa perspectiva, la calidad puede ser considerada un aspecto multidimensional siendo la manera de entenderla propia de la concepción de educación que educadores y directivos posean, así como de cuáles son los objetivos que se pretenden para ella. Asimismo, varía de acuerdo con las condiciones sociales, políticas, económicas e ideológicas, así como en función de las circunstancias temporales-espaciales, por ello, a cada momento histórico corresponde una determinada conceptualización de la misma. En la actualidad, se ha determinado de manera imprecisa, siendo necesario identificar una serie de dimensiones y factores constituyentes

Dimensiones de la calidad educativa

La calidad educativa es considerada por la OREALC (Oficina Regional de Educación para la América Latina y el Caribe, 2007), dependiente de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) como:

Un medio para que el ser humano se desarrolle plenamente como tal, ya que gracias a ella crece y se fortalece como persona y como especie que contribuye al desarrollo de la sociedad, transmitiendo y compartiendo sus valores y su cultura (p.8)

La educación es, por tanto, un proceso permanente que facilita el aprendizaje, desarrollo de competencias, experiencia e incorporación plena de los valores, afectos, así como sus potencialidades individuales y sociales. Por ello, la manera de entender la calidad educativa depende del concepto de educación propio de cada institución, cuáles son los objetivos pretendido para ella.

Al respecto, Marqués (2008:119) señala que un sistema educativo de calidad se caracteriza por su capacidad para:

– Ser accesible a todos los ciudadanos.

– Facilitar los recursos personales, organizativos y materiales, ajustados a las necesidades de cada alumno para que todos puedan tener las oportunidades, las cuales promoverán lo más posible su progreso, tanto académico como personal.

– Promover cambio e innovación en la institución escolar y en las aulas (lo que se conseguirá, entre otros medios, posibilitando la reflexión compartida sobre la propia práctica docente, el trabajo colaborativo del profesorado)

– Propiciar la participación activa del alumnado, tanto en el aprendizaje como en la vida de la institución, en un marco de valores donde todos se sientan respetados y valorados como personas.

– Lograr la participación de las familias e insertarse en la comunidad.

– Estimular, facilitar el desarrollo y el bienestar del profesorado, así como de los demás profesionales del centro educativo.

Ahora bien, la aspiración hacia la calidad es una constante en todos los sistemas educativos, compartida con el resto de la sociedad, pues además de los beneficios que una educación trae consigo para quienes tienen acceso a ella, considerándola como un fin en sí misma, pretende la formación integral de la personalidad humana. Por ello, es necesario identificar sus dimensiones: equidad, relevancia, pertinencia, eficacia, eficiencia.

Equidad

Una educación es de calidad cuando logra la democratización en el acceso y la apropiación del conocimiento, es decir, cuando cualquier persona tiene la posibilidad de recibir las ayudas, así como el apoyo necesario para aprender a niveles de excelencia. Además, cuando los resultados de aprendizaje no reproducen las desigualdades de origen de los estudiantes ni condicionan sus opciones de futuro.

Al respecto, la OREALC (ob.cit.:12) afirma: "calidad y equidad no sólo no son incompatibles sino que son indisociables", pues el avance de la sociedad es la democratización educativa. Por tanto, no basta con el hecho de brindar oportunidades al pueblo, sino asegurarle condiciones para aprovecharlas al máximo.

Por ello, el autor mencionado, propone tres niveles interrelacionados de equidad:

1. Equidad de acceso: el Estado debe proporcionar escuelas suficientes, al alcance de todos, de manera que se asegure no sólo el ingreso, sino permanencia de los estudiantes. Por tanto, el objetivo consiste en eliminar las brechas entre los distintos niveles educativos.

2. Equidad en los recursos y en la calidad de los procesos educativos: se propone un trato diferenciado, pero no discriminatorio, de acuerdo a las necesidades que presente cada institución en cuanto a currículo, calendario escolar, docentes, recursos materiales, entre otros.

3. Equidad en los resultados de aprendizaje: se pretende que todos los estudiantes alcancen resultados equiparables según su condición geográfica, económica, social, pues se desea una educación como espacio de desarrollo y cambio, no un reproductor de las condiciones originales de los alumnos.

En otras palabras, la equidad es sensible a las diferencias de los seres humanos por lo cual, para garantizar igualdad de oportunidades, es necesario apoyar con mayores recursos a los grupos más vulnerables. Por tanto, establece que las desigualdades existentes son inadmisibles si no contribuye al beneficio de los menos aventajados.

Por ello, para Blanco (2006:134), no basta con brindar oportunidades, en ese contexto, el desafío de los sistemas educativos es la generación de condiciones y recursos para que sus miembros tengan efectivamente una experiencia educativa de calidad, cuyo resultado se vea reflejado en el acceso igualitario al conjunto de oportunidades disponibles en esa sociedad.

Puede inferirse entonces que el pleno ejercicio del derecho a una educación de calidad para todos exige garantizar el derecho a la igualdad de oportunidades, es decir, proporcionar más a quien así lo necesita y dar a cada uno el apoyo necesario para estar en iguales condiciones de acceso al sistema educativo.

Relevancia

La educación será relevante en la medida que promueva aprendizajes significativos desde el punto de vista de las exigencias sociales y desarrollo personal, lo cual difícilmente ocurrirá si ésta no es también pertinente; es decir, se debe considerar además, las diferencias para aprender como fruto de las características/necesidades de cada persona, a su vez, mediatizadas por el contexto socio-cultural donde viven.

Al respecto, es definida por la OREALC (ob. cit.:19), como un componente esencial de los sistemas educativos que pretenden la calidad, refiriéndose a las intenciones o principios condicionantes del funcionamiento y toma de decisiones del sistema en general. Por ello, para considerar relevante la enseñanza, debe estar orientada al cumplimiento de las finalidades de la educación, en un contexto espacio-temporal determinado.

Dentro de ese contexto, explica el autor, en relación a los aspectos a enseñar se considera como prioridad el desarrollo integral de la personalidad humana, por lo cual debe promoverse el aprendizaje y la formación de competencias necesarias para integrarse adecuadamente a las condiciones sociales actuales. Sin embargo, no implica proporcionar conocimientos teóricos, habilidades a los estudiantes, sino comportamientos, valores, actitudes que conformen esa personalidad humana integral a lograr.

Por tanto, se infiere la necesidad de que la educación desde sus contenidos hasta su metodología, partan del contexto mismo del estudiante para cumplir con la característica de relevancia, necesaria para enlazar los conocimientos previos de éste con los novedosos ofrecidos, así como demostrar la importancia de éstos y la utilidad para su desenvolvimiento futuro.

En ese marco de ideas, Casassus (2008:95-96) manifiesta que la relevancia está relacionada con los sentidos de la educación, sus finalidades, contenido, así como el grado en el cual ésta satisface efectivamente las necesidades, aspiraciones e intereses del conjunto de la sociedad, no solamente de los grupos con mayor poder dentro de la misma.

Visto de esa forma, la relevancia se refiere a las intenciones educativas condicionantes de otras decisiones, como las formas de enseñar y evaluar, pues, la principal finalidad de la educación es lograr el pleno desarrollo del ser humano en su doble realización individual-social. Ello implica fortalecer, potenciar el desarrollo de capacidades, habilidades cognitivas, socio afectivas, promoviendo la dignidad personal, el respeto de los derechos, así como las libertades fundamentales. Por tanto, Schmelkes (2007:82) plantea dos tipos de contenidos:

1. Básicos imprescindibles, aquellos que si no son logrados durante la formación inicial condicionan negativamente el desenvolvimiento posterior del estudiante, tales como los relacionados con las áreas académicas: Lengua, Matemática, Ciencias e Informática.

2. Básicos deseables, aprendizajes que pueden ser adquiridos sin mayor dificultad después de haber concluido la etapa de la educación obligatoria, entre ellos: destrezas manuales, artísticas, entre otros.

Por esa razón, la OREALC (2007) señala que:

Las reformas educativas contemporáneas en Latinoamérica han sustituido el término contenido por competencia, entendido como aquellas habilidades vinculadas con el desempeño autónomo, el conocimiento aplicado y aplicables, el conocimiento en acción y el conocimiento resultante del saber hacer y saber explicar lo que se hace (p.16)

Sin embargo, el cambio no se propone sólo en el término, sino en la concepción misma de lo que se quiere lograr, pues modifica aspectos tan importantes como la planeación, la didáctica y la evaluación cotidiana en las aulas, todo con la firme intención de lograr la relevancia en la educación demandada por la sociedad del conocimiento en la cual se vive actualmente.

Pertinencia

La pertinencia se refiere al rol de la educación en la sociedad y su compromiso con el mundo laboral, también es la encargada de facilitar los contenidos curriculares adecuados a las circunstancias de vida de los alumnos. Desde esa perspectiva, la UNESCO (2008) define la pertinencia de la educación como:

La necesidad de que ésta sea significativa para personas de distintos contextos sociales y culturales y con diferentes capacidades e intereses de tal forma que puedan apropiarse de los contenidos de la cultura, mundial y local, y construirse como sujetos en la sociedad, desarrollando su autonomía, autogobierno, su libertad y su propia identidad (p.12)

De acuerdo con la afirmación anterior, la pertinencia significa que el centro de la educación es el estudiante, por lo cual es ineludible considerar su propia idiosincrasia en los procesos de enseñanza aprendizaje. Por ello, debe ser flexible, adaptándose a las necesidades y características de las personas, en sus diversos contextos socio-culturales.

Para Marqués (2008:152), la pertinencia demanda la inclusión del otro como legítimo e igual, respetando y valorando los universos simbólicos, por tanto, los paradigmas que los sostienen. Cabe señalar que el currículo actual tiene carácter nacional, por lo cual está pensado para atender a la diversidad, otorgando espacios a cada docente para adaptar sus contenidos a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes.

De esa manera, es en la práctica pedagógica, donde la pertinencia cobra mayor importancia, cuyo centro sea el estudiante, por lo cual para lograr su objetivo es fundamental transformar la visión tradicional de una acción docente centrada en la homogeneidad para llegar a atender la diversidad que se presenta en la actualidad. En ese marco de ideas, Dias (2005:245) la define como "el compromiso con el conocimiento y la formación a servicio de un proyecto ético-político de la sociedad", considerando para ello realidades, necesidades específicas de cada país, por ende, en su sistema educativo.

Se infiere entonces que para que exista pertinencia en la oferta educativa, el currículo y los métodos de enseñanza deben ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a las necesidades, características de los estudiantes, así como a los diversos contextos socio-culturales, siendo en la práctica pedagógica en donde cobra mayor importancia, pues su centro debe ser el educando, transformando la visión tradicional de ésta en una praxis en la cual se atienda la diversidad, como una oportunidad de enriquecimiento de los procesos de aprendizaje.

Eficacia

La eficacia centra su atención en la medida y proporción en que se logran alcanzar los objetivos del sistema en cuestión, siempre en razón de resultados concretos, es decir, ser observables y medibles. No debe ser reducida al análisis de los resultados en el aprovechamiento de los alumnos en las materias del currículo, sino también debe incluir los aspectos de la gestión, los cuales permitan el alcance de los propósitos, así como la rendición de cuentas de los mismos, es decir, todo aquello influyente en el aprendizaje real de los estudiantes.

Asimismo, la eficacia según García (2009:187) se refiere a la necesidad de que todos los componentes cumplan adecuadamente su función, de tal forma que el ser humano desarrolle sus potencialidades y compense sus limitaciones. En ese sentido, implica analizar en qué medida se logran o no los objetivos propuestos.

De acuerdo con lo antes expuesto, la eficacia de la educación opera sobre la aceptación previa de unas finalidades que se deben concretar en objetivos a alcanzar utilizando los medios disponibles, siendo entonces, una relación entre éstos, y la organización/métodos usados en la actividad misma de educar, así como los resultados, entendidos como las metas finales a alcanzar.

En ese marco de ideas, la eficacia dentro de la educación se refiere, según Schmelkes (2007:89) a la capacidad del sistema de cumplir con los objetivos que le han sido asignados, incluye los aspectos de cobertura, permanencia, promoción, aprendizaje real. Desde esa perspectiva, el componente de la eficacia corresponde de manera significativa con la orientación administrativa de la calidad, que juega de igual forma un papel importante junto con el resto de los elementos del concepto.

De acuerdo con lo antes expuesto, una escuela eficaz es aquella que tiene claro cuál es su misión y ésta se encuentra centrada en lograr el aprendizaje integral, de conocimientos, valores de todos sus alumnos. En ese sentido, ha formulado explícitamente sus objetivos educativos siendo conocidos por toda la comunidad escolar, por cuanto en su formulación han participado todos sus miembros.

Por tanto, eficacia implica analizar en qué medida se logran o no garantizar, en términos de metas, principios de equidad, relevancia, pertinencia de la educación. Por tanto, Murillo (2009:25) señala como una escuela eficaz aquella donde se consigue un desarrollo integral de todos y cada uno de los estudiantes, superior a lo esperado teniendo en cuenta su rendimiento previo, así como la situación social, económica, cultural de las familias.

Eficiencia

La eficiencia se refiere a cómo la acción pública asigna a la educación los recursos necesarios, distribuyéndolos y utilizándolos de manera adecuada. De acuerdo con Schmelkes (2007:31) se refiere "al óptimo empleo de los recursos para mejores resultados", es decir, cuáles son los costos de lograr los objetivos planteados. No debe ser vista como un elemento economicista, sino como una condición que respete los derechos de todos los ciudadanos a recibir educación y aproveche los recursos con los cuales se cuenta.

Visto de esa forma, la eficiencia es definida en relación al financiamiento destinado a la educación, la responsabilidad en el uso de éste, los modelos de gestión institucional, así como uso de los recursos. No es un imperativo economicista, sino una obligación deriva del respeto a la condición y derechos ciudadanos de todas las personas.

Por tanto, con el objetivo de incrementar la calidad de los servicios educativos, la eficiencia es vista como el financiamiento destinado a la educación, la responsabilidad de su uso, así como los modelos de gestión del centro educativo. En ese sentido, señala AME (Programa Actualización de Maestros de Escuela, 2012: s/p), se requiere una gestión directiva centrada en:

1. La eficiente coordinación entre todas las instancias de las cuales depende su valor formativo.

2. Identificar las oportunidades y recursos para potenciar la acción institucional propuesta.

3. Adecuar el propósito de la organización a las necesidades que presenta el público al cual dirige su oferta, por tanto, la satisfacción real de este último.

4. Disponer del talento humano, los recursos materiales, tecnológicos, económicos necesarios para la labor o propósito planteado por el centro, lo cual supone la identificación permanente de fuentes idóneas para la obtención de éstos en las condiciones requeridas de calidad, cantidad y oportunidad.

5. Realizar una asignación y uso adecuados de los recursos disponibles en función del propósito por el centro educativo.

6. Reconfigurar, ajustar y explorar continuamente la forma de aprovechar nuevas oportunidades para acceder a recursos que potencien aún más la labor propuesta por la institución.

Puede decirse entonces que, una buena gestión escolar requiere contar con recursos en cantidad y con las especificaciones necesarias, para que sea posible la calidad desde el diseño y planificación de la acción educativa, hasta la ejecución del servicio en sus diferentes modalidades. En ese marco de ideas, la OREALC (2007:s/p) señala que la eficiencia es un atributo básico de la educación de calidad para todos, por lo cual es preciso analizar en qué medida la operación pública es eficiente, respetando el derecho ciudadano a que su esfuerzo material sea adecuadamente reconocido y retribuido.

Visto de esa forma, una gestión eficiente está asociada a una adecuada planificación de los recursos, y una precisa utilización de los mismos. Por ello, la dirección ya no se limita a gestionar los activos de la organización, se hace necesario coordinar y controlar la actividad de la misma. Pues, desde el punto de vista administrativo, la eficiencia es el criterio económico que revela la capacidad administrativa de producir el máximo de resultados con el mínimo de recursos, energía y tiempo; es decir, es la cualidad de la institución escolar en virtud de la cual se administran los recursos disponibles para optimizar la calidad educativa.

Factores incidentes en la calidad educativa

La educación es, por naturaleza un proceso en el cual predomina lo cualitativo. Ello significa que su calidad obedece la valoración hecha de esta por los sujetos en formación, la comunidad, y sociedad en general sobre las cualidades del proceso en sí, así como de sus resultados. Por tanto, apreciarla como bien público supone entender la organización de una serie de procesos, tanto académicos como administrativos, con la finalidad de generar aportes contribuyentes con el desarrollo de la sociedad.

Por esa razón, la calidad está asociada a la adecuada satisfacción de las demandas y necesidades sociales en cuanto a la educación; en este sentido, puede ser definida como la condición que debe tener el servicio de adecuarse a la expectativa de la sociedad. Desde ese punto de vista, es un concepto central en la gestión integral de todo centro educativo, concebido como organización prestador de un servicio.

En ese marco de ideas, Núñez (2008:62), señala: "una educación es de calidad en la medida en que desarrolla las potencialidades de los niños, jóvenes e individuos que así lo requieran comprometiéndolos con su proyecto .de vida y con un proyecto de desarrollo social armónico". De acuerdo con lo anterior, la calidad educativa requiere de docentes cualificados, comprometidos con la educación, quienes conozcan, respeten a sus estudiantes, interactúen de manera permanente utilizando diversidad de ambientes, recursos, estrategias pedagógicas, en función del propósito establecido por el centro educativo.

En ese sentido, una educación de calidad es aquella cuyos contenidos responden adecuadamente a lo que el estudiante necesita para desarrollarse como persona intelectual, afectiva, moral, físicamente para actuar en los diversos ámbitos de la sociedad. Al respecto, García (2009:3) sostiene que la calidad de la educación viene determinada por dos componentes, de una parte, la disposición, en la cual se incluyen las condiciones de integridad, coherencia; por la otra, la eficacia.

Por esa razón, la gestión de la calidad en los centros docentes debe ser global, incidiendo sobre personas, recursos, procesos y resultados, promoviendo sus acciones recíprocas, orientando el sistema, en su conjunto, hacia ese estado cualitativo que caracteriza las instituciones educativas excelentes. Así, para lograrla, es necesaria la coherencia en ideas, principios, decisiones de estos componentes. Dentro de los factores incidentes en ella se ubican: gerencia estratégica, preparación de la enseñanza y responsabilidades profesionales del docente

Gerencia estratégica

La gerencia estratégica, es en la actualidad, de gran relevancia para las instituciones educativas, pues se toma como herramienta para llevar a cabo la adecuada dirección de las mismas garantizando una eficiente gestión. De acuerdo con Dessler (2008:32) "es el arte de formular, implantar y evaluar las decisiones, acciones que permiten a una organización lograr sus objetivos". Incluye los elementos de la administración tradicional, pero le da más relevancia a:

– La visión de la organización.

– La actuación prospectiva de la organización.

– La capacidad de definir la dirección de la organización.

– El compromiso gerencial en todas las fases del proceso productivo.

– El enfoque del personal como el recurso más valioso de la organización.

– La definición clara de lo que se busca a largo plazo y cómo lograrlo.

En este orden de ideas, David (2009:3) define la gerencia estratégica como "la formulación, ejecución y evaluación de acciones que permitirán a una organización lograr sus objetivos". Su proceso se puede describir como "un enfoque objetivo, sistemático para la toma de decisiones de una organización".

De acuerdo con lo anterior, se deduce que la gerencia estratégica es un intento por organizar información cualitativa y cuantitativa, la cual permite la toma de decisiones efectivas en circunstancias de incertidumbre. Asimismo, es un proceso dirigido a convertir una organización de reactiva en proactiva en la formulación de su futuro.

El proceso de gerencia estratégica está basado en la creencia de que una organización debe verificar en forma continua los hechos, así como las tendencias externas e internas, para lo cual requiere investigación, análisis, toma de decisiones, compromiso, disciplina, voluntad de cambio por parte de los empleados. Sobre este particular, David (2009) acota:

La formulación de estrategias incluye la identificación de las debilidades y fortalezas internas de una organización, la determinación de las amenazas y oportunidades externas de una firma, el establecimiento de misiones de la compañía, la fijación de objetivos, el desarrollo de estrategias alternativas, el análisis de dichas alternativas y la decisión de cuales escoger. La ejecución de estrategias requiere que la firma establezca metas, diseñe políticas, motive a sus empleados y asigne recursos de tal manera que las estrategias formuladas puedan ser llevadas a cabo de forma exitosa. (p.3)

De acuerdo con la definición anterior, el proceso de gerencia estratégica se puede describir como un enfoque objetivo y sistemático para la toma de decisiones en una organización. Se trata de un intento por organizar información cuali-cuantitativa, de manera que permita realizarla efectivamente en circunstancias de incertidumbre.

Puede decirse que la a gerencia estratégica está referida al proceso de selección de políticas y estrategias de acción administrativa, las cuales permitan la maximización de los resultados mediante la utilización apropiada de los recursos organizacionales. Al respecto, Thompson y Strickland (2009:6) la definen como "el proceso administrativo de crear una visión estratégica, así como implantar y ejecutar dicha estrategia y después, con el transcurso del tiempo, iniciar cualquier ajuste correctivo en la visión, los objetivos, la estrategia o su ejecución que parezca adecuado".

En ese sentido, el gerente debe tener como función indispensable la elaboración de planes estratégicos, para que de esa manera se pueda proporcionar a la organización, una información adecuada y útil para evaluar en forma conveniente las posibilidades de obtener utilidades en el futuro y que la institución adquiera el mayor valor posible, fortaleciéndose organizacionalmente.

Preparación de la enseñanza

Los criterios de este factor se refieren, tanto a la disciplina que enseña el docente como a los principios y competencias pedagógicas necesarias para organizar el proceso de enseñanza, comprometiendo de esta manera a todos sus estudiantes con los aprendizajes, dentro de los distintos contextos en que este proceso ocurre.

Especial relevancia, expresa Carrera (2010), adquiere el dominio del docente sobre los objetivos de aprendizajes y contenidos definidos por el marco curricular, entendidos como: conocimiento, habilidades, competencias, actitudes, valores que sus estudiantes requieren alcanzar para desenvolverse en la sociedad actual.

Por tal motivo, el docente debe poseer un profundo conocimiento, comprensión de las disciplinas que enseña y de los conocimientos, competencias, herramientas pedagógicas, las cuales faciliten una adecuada mediación entre los contenidos, los estudiantes con el respectivo contexto de aprendizaje.

Sin embargo, señala Shulmeyer (2008), ni el dominio de la disciplina ni las competencias pedagógicas son suficientes para lograr aprendizajes de calidad; los docentes enseñan a determinados estudiantes, en contextos específicos, cuyas condiciones y particularidades deben ser consideradas al momento de diseñar las actividades de enseñanza.

En ese sentido, plantea la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación de España, 2009:72) el docente, basándose en sus competencias pedagógicas, conocimiento de sus estudiantes y en el dominio de los contenidos que enseña, diseña, selecciona, organiza estrategias didácticas, las cuales otorgan sentido a los contenidos presentados; así como las estrategias de evaluación donde se puedan apreciar el logro de los aprendizajes de los alumnos, además de retroalimentar sus propias prácticas.

De este modo, los desempeños de un docente respecto a este factor, se demuestran principalmente a través de las planificaciones y en los efectos de éstas, en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula. Al respecto, Mc Kennan (2007) le asigna las siguientes características:

– Dominio de los contenidos de las disciplinas que enseña y el marco curricular nacional. Se relaciona con el nivel de comprensión, por parte de los docentes, de los conceptos centrales de las asignaturas. Se refiere además a su conocimiento del currículum nacional, como de los aprendizajes que deben lograr los estudiantes.

– Conocimiento y comprensión de los principios, conceptos centrales de las disciplinas que enseña. El docente demuestra amplio conocimiento del contenido de las disciplinas a su cargo, es decir, domina, en profundidad los conceptos básicos de su articulación, así como las relaciones entre ellos. Sabe cuáles conceptos son esenciales a las disciplinas, cuáles son periféricos. Conoce los principios de la disciplina, sus métodos, procedimientos de análisis, su aproximación a fenómenos, eventos.

– Conoce diferentes perspectivas y nuevos desarrollos de su disciplina. El docente domina diferentes perspectivas o posturas respecto de las disciplinas que enseña, desde el punto de vista conceptual o práctico, pudiendo mostrar a sus estudiantes el conocimiento como una empresa humana e histórica, por lo tanto en constante transformación. Conoce e integra los nuevos descubrimientos, redefiniciones o actualizaciones de sus asignaturas.

– Comprende la relación de los contenidos que enseña con los de otras disciplinas. El docente tiene la capacidad de dar ejemplos o generar aplicaciones de los contenidos de sus asignaturas en relación con otros subsectores de aprendizaje, exponiendo a los estudiantes a situaciones similares a las que se enfrentan al resolver un problema real.

– Conoce la relación de los conceptos centrales de estas con otras disciplinas afines, generando puentes a través de los cuales los estudiantes puedan comprender un fenómeno desde diferentes puntos de vista.

– Conoce la relación de los contenidos de los subsectores que enseña con la realidad de los estudiantes, los contextos personales, sociales, culturales, laborales conocidos por ellos a los cuales accederán cuando egresen del proceso educativo.

– Sabe propiciar una experiencia escolar donde el estudiante desarrolle habilidades para manejar la información, recordarla, comprenderla y utilizarla.

De acuerdo con lo anterior, esta competencia permite al docente conocer en profundidad no sólo el contenido de la asignatura que imparte, sino mantenerse actualizado acerca de los nuevos desarrollos de su campo profesional. Asimismo, debe conocer las propuestas curriculares vigentes, siendo capaz de identificar los énfasis y orientaciones generales de los niveles donde enseña.

En concordancia con lo antes señalado, Jaik (2011:34) señala que este factor plantea como elemento esencial de cambio la manera de planificar la clase, la cual pretende convertirse en una deliberación realizada por el docente a través de una práctica reflexiva, la cual promueve aprendizajes mediante la enseñanza situada, en donde los alumnos se enfrentan a problemas auténticos, en escenarios reales o cercanos a lo real, de esta manera, la enseñanza y el aprendizaje se realizan a partir de situaciones donde se involucra el grupo utilizando sus medios, buscando los conocimientos, habilidades, actitudes necesarios para resolver las situaciones.

La planeación, señalan los autores mencionados, se identifica con una serie de fases, las cuales implican una reflexión permanente de los profesores realizada primero intentando identificar las situaciones problemas que plantearán a los estudiantes previendo su actuación y la de los involucrados en la enseñanza; posteriormente, busca sus propias teorías, valores, principios pedagógicos, metodologías aplicándolas en el aula. En esa línea de pensamiento, Frade (2009:91) propone diez (10) pasos que, de manera práctica, presentan las fases a seguir para planear las clases:

– Elección de la competencia a trabajar, tomándola del plan de estudios correspondiente.

– Identificación de los indicadores de desempeño de la competencia seleccionada, pueden ser todos o sólo algunos según lo requiera el grupo en la evaluación diagnóstica.

– Determinar cuáles conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes son indispensables para lograr la competencia.

– Separar en diversas columnas los indicadores de desempeño, conocimientos, habilidad, destreza y actitud.

– Elegir la situación didáctica más pertinente, de acuerdo a los contenidos seleccionados anteriormente y partiendo de una circunstancia real la cual impulse a los estudiantes a buscar el conocimiento que permita resolverla. Se diseña entonces un escenario garante del aprendizaje de acuerdo a las necesidades, motivación e intereses del grupo. Esta puede ser: trabajo colectivo, proyectos experimentos, estudio de caso, resolución de problemas, historia, visitas, testimonio de terceros.

– Establecer un conflicto cognitivo o varios, como detonadores para resolver la situación didáctica, aquello que hace al estudiante interesarse y empezar a actuar. Se plantean como: una pregunta, un reto, toma de decisión, entre otros.

– Diseño de una secuencia de actividades de la situación en su conjunto, es decir, didáctica.

– Diseño de una actividad de cierre para plasmar los conocimientos clave, puede ser un resumen, mapa conceptual, ensayo, entre otros.

– Establecimiento de los materiales necesarios, los cuales deben prepararse previamente.

– Preparación de los instrumentos de evaluación.

De acuerdo con lo antes mencionado, el docente debe planificar con anticipación todos los elementos que utilizará durante su jornada diaria, para evitar improvisaciones al momento de desarrollar su práctica, por cuanto, esto propiciará un desmejoramiento de la calidad educativa de su institución, al no llevar un direccionamiento del proceso de enseñanza aprendizaje.

Responsabilidades profesionales del docente

De acuerdo con ANECA (2009:80) los elementos que componen este factor están asociados a las responsabilidades profesionales del docente en cuanto su principal propósito y compromiso es contribuir a que todos los alumnos aprendan. Para ello, él reflexiona consciente y sistemáticamente sobre su práctica y la reformula, contribuyendo a garantizar una educación de calidad para todos los estudiantes.

En este sentido, la responsabilidad profesional también implica la conciencia del docente sobre las propias necesidades de aprendizaje, así como su compromiso y participación en el proyecto educativo del establecimiento, así como en las políticas nacionales de educación. Este factor entonces, se refiere a aquellas dimensiones de su praxis, las cuales van más allá del trabajo de aula involucrando, primeramente, la propia relación con su profesión, pero también, la relación con sus pares, el establecimiento, con la comunidad, el sistema educativo.

Desde esa perspectiva, señala ANECA (2009:89), el compromiso del profesor con el aprendizaje de todos sus alumnos implica, por una parte, evaluar sus procesos de aprendizaje con el fin de comprenderlos, descubrir sus dificultades, ayudarlos a superarlas y considerar el efecto que ejercen sus propias estrategias de trabajo en los logros de los estudiantes.

Por otra parte, señala el autor mencionado, también implica formar parte constructiva del entorno donde se trabaja, compartir, aprender de sus colegas y con ellos; relacionarse con las familias de los alumnos, así como con otros miembros de la comunidad; sentirse un aprendiz permanente, además de un integrante del sistema nacional de educación.

Ahora bien, para Mc Kennan (2007:122) este factor le permite al docente reflexionar sistemáticamente sobre su práctica, comprometerse con los resultados de aprendizaje de sus alumnos y estar consciente de la significativa incidencia que ejercen sus propias prácticas o estrategias de enseñanza en dichos resultados, sin atribuirlos solamente a factores externos o ajenos a su responsabilidad. Por este motivo, reflexiona críticamente sobre las estrategias desarrolladas, sus efectos en saberes de los alumnos, evaluando cómo se cumplieron los objetivos propuestos o si éstos se comprometieron con las actividades de aprendizaje.

A partir de este análisis, el docente reformula sus estrategias de enseñanza para hacerlas más efectivas, de manera que respondan a las necesidades de aprendizaje de todos sus estudiantes. En el mismo sentido, está comprometido con su desarrollo profesional permanente, por lo cual identifica y busca satisfacer sus necesidades de conocimientos, formación permanente, a través del intercambio de experiencias, consulta a materiales de diferentes fuentes, así como su participación regular en oportunidades de perfeccionamiento pertinentes.

Al respecto, Misas et al (2009:247) refieren que "el buen docente tan sólo puede transmitir adecuadamente su conocimiento, su saber, si lo domina con profundidad, y para dominarlo es necesaria la aplicación de la teoría en la práctica investigativa". Puede concebirse entonces como un investigador natural, quien adquiere esa condición sobre su experiencia.

Para ello, el docente debe poseer dominio del saber investigativo, entendido como el conjunto de conocimientos que debe poseer, el cual deberá demostrar en función de las herramientas prácticas para planificar, ejecutar una investigación, y transmitirlos a sus estudiantes. En este sentido, Salgado (2008:97) define este factor como un campo de estudio estrechamente vinculado a la caracterización del sector educativo en su conjunto.

Este dominio es fundamental, no sólo para mejorar la calidad de la acción laboral del docente sino para generar resultados aplicables a la sociedad, el cual permita su transformación y desarrollo académico. En este sentido, debe orientarse hacia el conocimiento científico, así como a todos aquellos factores que permiten cumplir cada etapa de la planificación, ejecución de la investigación. En tal sentido, Smith (citado por Salgado, 2008), señala:

Los elementos del dominio del saber investigativo relacionan a las funciones docencia e investigación, las cuales se interconectan para alcanzar un fin: confrontar y difundir investigación, aportar el saber y formar facilitadores. Es decir, establecer ciertas condiciones para tener dominio del conocimiento. Se fomenta el esfuerzo colectivo de generar conocimientos, donde el sistema de acción que se genera en sus diferentes instancias, se darán en función de la intencionalidad, que lo hace moverse en determinadas direcciones (p.98)

De la afirmación anterior, se puede inferir que el dominio del saber investigativo, vincula a la docencia y a la investigación, dos factores interconectados en el proceso de enseñanza aprendizaje, por ello, el docente necesita poseer un conjunto de conocimientos relacionados con los distintos temas o contenidos programáticos de su asignatura, para ofrecer a los estudiantes asesoría académica conducente a la elaboración de sus proyectos de desarrollo endógeno.

En otras palabras, facilitar la investigación, implica ejercer una acción de asistencia técnica o personal a uno o varios participantes, con el fin de elevar su formación académica, conducir y lograr la búsqueda en las diferentes fuentes, interpretando, y analizando situaciones, así como fenómenos que interesan ser estudiados.

Dentro de ese saber investigativo, se ubica el conocimiento de la metodología, el cual según Samara (2009:77), se refiere al dominio que debe poseer el investigador acerca de métodos, técnicas, instrumentos, estrategias y procedimientos utilizados en el estudio, conformada por: tipo, diseño de la investigación, así como el marco epistemológico, referido a la concepción del ser humano en la cual se fundamentará el mismo, por cuanto, la epistemología es la reflexión crítica de la construcción de teorías científicas analizando su estructura, naturaleza interna, principios generales, así como la relación de estas con los hechos, fenómenos a describir, explicar, predecir.

Asimismo, el docente debe poseer conocimientos referidos a los paradigmas de investigación, para interpretar de manera práctica, las herramientas para investigar, es decir, conocer la metodología a seguir en la ejecución de un proceso investigativo, conformada por el conjunto de procedimientos que se requieren de acuerdo con el método seleccionado.

Por lo antes señalado, Samara (2009:82), considera indispensable también que el docente tenga dominio de las normas metodológicas establecidas, por cuanto, éstas son elaboradas de una manera diferente por cada paradigma y sus criterios deben ser manejados tanto por profesores como estudiantes, quienes deben aplicarlos en todo tipo de trabajo.

En este sentido, el autor mencionado (ob. cit.:84) señala que dentro de las competencias investigativas se debe ubicar el conocimiento cabal de los pasos a seguir en el proceso de investigación científica, el cual constituye una confrontación entre el corpus teórico y el empírico. Asimismo, explica el autor, requiere poseer actitudes, habilidades para redactar, hacer uso de las nuevas tecnologías en cuanto a la red telemática para acceder a la información, mediante los buscadores de direcciones electrónicas, analizar, sintetizar ideas.

Dentro de este conocimiento, se ubica el dominio de las líneas de investigación propias de cada temática, las cuales son campos temáticos, diseñados para abordar cooperativa e interdisciplinariamente un área del conocimiento o para contribuir a la solución de un problema que afecta a una región o grupo social. Por ello, la participación del docente en las tareas de indagación debe encaminarse en la construcción de nuevos conocimientos, que impacten directamente la calidad de la enseñanza, la cual debe estar centrada principalmente, en el nivel donde se desempeña.

Definición de términos básicos

Calidad educativa: es aquella que asegura a todos los jóvenes la adquisición de los conocimientos, capacidades, destrezas y actitudes necesarias para equiparles para la vida adulta, pues la educación es un factor determinante en la formación del capital humano y su calidad es el elemento de crítica importancia para optimizar el uso de los recursos educacionales (Organización para la Cooperación el Desarrollo Económico, 2007)

Equidad: igualdad de oportunidades en el sentido de que es necesario otorgar apoyos compensatorios a los sujetos más desfavorecidos (menos logros en los aprendizajes escolares) con el fin de acceder y permanecer en una escuela de calidad. (Rojas, 2004)

Eficacia: se refiere a la necesidad de que todos los componentes cumplan adecuadamente su función, de tal forma que el ser humano desarrolle sus potencialidades y compense sus limitaciones. En ese sentido, implica analizar en qué medida se logran o no los objetivos propuestos. (García, 2009)

Eficiencia: logro de un objetivo al menor costo unitario posible (Mejía, 2008)

Gestión del directivo: es la coordinación de las actividades de trabajo de modo que se realicen de manera eficiente y eficaz con otras personas y a través de ellas (Robbins et al, 2009)

Liderazgo: estilo de gerenciar según el cual el líder mueve a las personas respondiendo a sus necesidades sentidas, e incluso, las despiertan o modifican (Gómez et al, 2010).

Sistema de variables

Variable: Gestión del directivo

Definición conceptual: es la coordinación de las actividades de trabajo de modo que se realicen de manera eficiente y eficaz con otras personas y a través de ellas (Robbins et al, 2009)

Definición operacional: Operacionalmente se definirá como resultado de medir la dimensión elementos y sus indicadores comunicación efectiva, liderazgo, motivación, así como la dimensión funciones gerenciales con los indicadores planificación, organización, dirección, control.

Variable: Calidad educativa

Definición conceptual: es aquella que asegura a todos los jóvenes la adquisición de los conocimientos, capacidades, destrezas y actitudes necesarias para equiparles para la vida adulta, pues la educación es un factor determinante en la formación del capital humano y su calidad es el elemento de crítica importancia para optimizar el uso de los recursos educacionales (Organización para la Cooperación el Desarrollo Económico, 2007)

Definición operacional: Operacionalmente, será el resultado de medir la dimensión dimensiones con los indicadores equidad, relevancia, pertinencia, eficacia, eficiencia; además de la dimensión factores incidentes y sus indicadores gerencia estratégica, preparación de la enseñanza, responsabilidades profesionales del docente.

Cuadro 1

Operacionalización de las variables

Objetivo general: Determinar la gestión del directivo y la calidad educativa en las escuelas primarias estadales ubicadas en la parroquia Pueblo Nuevo del municipio Baralt

Monografias.com

Fuente: De Siniscalchi (2014)

CAPÍTULO III

Marco metodológico

Enfoque epistemológico

El enfoque epistemológico de la presente investigación se orienta hacia el positivismo, el cual según Lanuez et al (2009:109), sostiene que fuera del ser humano existe una realidad totalmente hecha, acabada, plenamente externa, objetiva, rechazando toda tesis metafísica donde se implique la obtención de conocimiento por vías diferentes a la experiencia de los sentidos, así como experimentación.

En ese sentido, la filosofía positivista se caracteriza por señalar que la verdadera creencia se basa en lo percibido, cuando llega a una estructura científica de la mente buscando las causas de los fenómenos con la razón a través de la experimentación, observación, experiencia para descubrir las leyes científicas reguladoras de sus relaciones.

Desde esa perspectiva, señala Briones (2008:91), el paradigma positivista considera la objetividad como una copia de la realidad sin deformarla y la verdad consiste en la fidelidad de la imagen interior del investigador a la misma. Esta equivalencia adecuada del intelecto con el exterior es un supuesto sobre el cual, implícita o explícitamente, se ha construido la ciencia.

De acuerdo con lo anterior, el investigador se aleja del objeto de la investigación, es un agente externo con una elevada calificación profesional, quien selecciona éste, partiendo de un marco teórico establecido apriorísticamente, reduciéndolo a variables e indicadores seleccionando métodos, técnicas, procedimientos estandarizados.

Tipo de investigación

En correspondencia con los objetivos propuestos esta investigación se tipificó como descriptiva, correlacional, la cual según Hernández et al (2010:102) "es un estudio que permite seleccionar una serie de cuestiones y se miden cada una de ellas, independientemente para así describir lo investigado", pues en la problemática objeto de la investigación, se evidenciaron sistemáticamente las manifestaciones de las variables e indicadores de manera independiente, permitiendo reconocer las magnitudes de aparición de estas en la formación del problema referido a la gestión del directivo y calidad educativa en las escuelas estadales ubicadas en la parroquia Pueblo Nuevo del municipio Baralt.

De igual forma, fue correlacional por cuanto se pretende determinar la relación entre la gestión del directivo y la calidad educativa en las escuelas primarias estadales ubicadas en la parroquia Pueblo Nuevo del Municipio Baralt Estado Zulia. Es decir indagar, la gestión que realizan los directivos para que el personal adscrito a las instituciones educativas asuma la responsabilidad social que tienen al ejercer sus funciones, conocimiento que permitirá validar la teoría, ampliarla o refutarla.

Según Arias (2012:24) el estudio de correlación tiene como finalidad determinar el grado de relación o asociación existente entre dos o más variables, mediante pruebas de hipótesis correlaciónales y la aplicación de técnicas estadísticas, se estima la correlación y puede aportar indicios sobre las posibles causas de un fenómeno.

Diseño de la investigación

Entendiendo como diseño el plan o estrategia a seguir para obtener la información requerida en la investigación y en atención al objeto de estudio referido a la relación entre la gestión del directivo y la calidad educativa en las escuelas primarias estadales ubicadas en la parroquia Pueblo Nuevo del Municipio Baralt Estado Zulia, el presente trabajo fue organizado desde un punto de vista metodológico en atención a los modelos epistemológicos positivistas como de campo no experimental, transeccional. Por tanto, para la Universidad Santa María (2010:22), los estudios de campo "se caracterizan, porque los problemas que estudian surgen de la realidad, la información requerida debe obtenerse directamente de ella".

De igual forma, Palella et al (2009:82) define el estudio de campo como aquel que "consiste en la recolección de datos directamente de la realidad donde ocurren los hechos sin manipular o controlar variables. Estudia los fenómenos sociales en su ambiente natural". En esa línea de pensamiento, el diseño se clasificó como no experimental, el cual según Hernández et al (2010:182), al abordar las variables gestión del directivo, calidad educativa, sólo se describió su comportamiento, sin manipular la realidad existente, ni variar las condiciones de dicha observación. Al respecto, los autores indican que este diseño comprende el análisis de la situación de interés sin intención o manipulación expresa de la variable de estudio

Dentro de ese contexto, la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (2011) señala que la investigación de campo es:

El análisis sistemático de problemas en la realidad, con el propósito bien sea de describirlos, interpretarlos, entender su naturaleza, factores constituyentes, explicar sus causas y efectos, predecir su ocurrencia, haciendo uso de métodos, características de cualquiera de los paradigmas o enfoques de investigación conocidos o en desarrollo (p.14)

Según el diseño de investigación este fue transeccional por cuanto las variables se midieron en un solo momento sin establecer relaciones o correlaciones, tal como lo describen Hernández et al (2010:188), cuando opinan que los diseños transeccionales descriptivos "tienen como objetivo el indagar la incidencia y los valores en que se manifiestan una o más variables奮 un determinado momento"

Asimismo, la investigación se realizó sobre la base de un diseño no experimental y sin control de variables. Al respecto, Palella et al (2009:82) expresan que "en un estudio no experimental no hay asignación aleatoria entre grupo experimental y grupo control. No se manipulan las variables, tampoco hay control sobre otras variables".

Población y muestra

Al hablar de la población se hace referencia al conjunto de personas, dentro del ámbito estudiado en el problema investigada. Al respecto, Hernández et al (2010:230) consideran la población como "el conjunto de todos los casos que concuerdan con una serie de especificaciones". Es decir, es el universo de la investigación sobre el cual se pretende generalizar lo investigado. La población del estudio estuvo conformada por 08 directivos y 68 docentes de las escuelas primarias estadales ubicadas en la parroquia Pueblo Nuevo, municipio Baralt como se refleja en el siguiente cuadro:

Partes: 1, 2, 3
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